sábado, 3 de agosto de 2013 |

TRASTORNOS MENTALES MUY LOCOS

Los trastornos mentales afectan a miles de personas en todo el mundo. Mientras que algunas de estas enfermedades son más comunes y frecuentes, existe una cierta categoría de trastornos psicológicos muy raros. Veamos algunos de ellos.


Síndrome de Cotard

Los pacientes con esta enfermedad mental, descubierta a finales del siglo XIX por Jules Cotard, están convencidos de que están muertos o de que no existen, y en ocasiones se dejan morir de hambre por ausencia total de estímulos y movimientos. El afectado por este síndrome cree estar sufriendo la putrefacción de los órganos o simplemente que no existe. En algunos casos el paciente cree que no puede morir.


Síndrome de Jerusalén

El síndrome de Jerusalén es un trastorno psíquico sumamente raro. Se trata de un tipo de manía religiosa en la que un turista o un peregrino, inspirado por el ambiente de santidad de Jerusalén, cae en un estado de exaltación fuerte y se declara a sí mismo un profeta enviado a la tierra con una misión. Muchos de los afectados acostumbran a pasearse vestidos con túnicas o sábanas. Este fenómeno se considera de psicosis en el que las personas suelen ser víctimas de su propia y rica imaginación.


Síndrome de Stendhal

El síndrome de Stendhal, conocido también como Síndrome de Florencia, ataca a los enfermos cuando observan obras de arte. Expuestos a ellas, los afectados presentan varios síntomas de aparición súbita: angustia, excitación alternante con depresión, obnubilación, temblor, palpitaciones, sudoración y zumbido de los oídos. El trastorno es más fuerte especialmente cuando las obras de arte son particularmente bellas o están expuestas en gran número en un mismo lugar.


Paramnesia reduplicativa
La paramnesia reduplicativa es un trastorno mental por el cual en una persona surge el falso convencimiento de que un lugar que le resulta familiar existe en más de una localización física. Es decir un enfermo de la paramnesia reduplicativa puede insistir en que el lugar en que se encuentra ha sido duplicado y cambiado de ubicación, y que ambos coexisten al mismo tiempo. Esto crea una especie de sensación de 'mundos paralelos'. Forma parte de los síndromes de falsa identificación delirante y, aunque poco frecuente, suele asociarse a los casos de daño cerebral adquirido, concretamente a los casos de lesiones simultáneas del hemisferio cerebral derecho y ambos lóbulos frontales.


Desorden de Identidad de la Integridad Corporal

Es un trastorno psiquiátrico donde uno no percibe una parte de su cuerpo como si no le perteneciera, y siente una sensación de desagrado y extrañeza ante la presencia en su cuerpo de este miembro, como por ejemplo, un brazo o una pierna. Consideran estas partes totalmente ajenas a ellos, les molestan y les duelen. El individuo afectado sufre un irresistible deseo de amputarse una o más extremidades sanas del cuerpo.


Síndrome de Frégoli

El síndrome de Frégoli es un trastorno delirante en el cual el enfermo está seguro de que personas diferentes en realidad son una única persona que cambia de apariencia o está disfrazada.

De este modo los pacientes se sienten perseguidos por una persona a la que creen ver en todas partes. Este trastorno puede transformarse en una paranoia en la que la persona cree que alguien intenta causarle daño.


Síndrome de Capgras

Es el síndrome inverso al síndrome de Frégoli. Se trata de un trastorno mental en el que el paciente cree que una persona, generalmente un familiar, es reemplazado por un impostor idéntico a esa persona. Es más común en pacientes con esquizofrenia, aunque puede ocurrir en aquellos con demencia o lesión cerebral.


Síndrome de París

Este trastorno se registra exclusivamente en los turistas japoneses que visitan París. Se caracteriza por una depresión de estos visitantes mientras están en la capital francesa. Se trata de una forma severa de 'shock cultural'. Los turistas japoneses que llegan a París se ven incapaces de separar la imagen idílica de esta ciudad, que vieron en películas como 'Amelie', de la realidad de una moderna y bulliciosa metrópolis con unos ciudadanos de carácter más bien rudo. De los millones de japoneses que visitan la ciudad cada año, alrededor de una docena padece este trastorno y se ven obligados a volver a su país natal.


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