Sofía arrancó su día como cualquier otro; fue a la facultad de Psicología, rindió un final y tras terminar el examen comenzó a sentir dolores en la panza por lo que se dirigió a la guardia de una clínica donde un par de horas más tarde dio a luz a su primera hija, aunque nunca había sabido que estaba embarazada.
Según explicaron Sofía y su novio, hace 9 meses había sentido los primeros síntomas clásicos de un embarazo, nauseas y vómitos, por lo que fue a un médico que le practicó el análisis de rutina que dio negativo en el embarazo.
Desde ese momento, la joven fue tratada por problemas gástricos. Le realizaron diferentes estudios, incluidos ecografías, pero en ninguna oportunidad se percataron del embarazo.
A la confusión, se sumó que Sofía era una joven delgada y que, durante el embarazo aumentó menos de 3 kilos.
Por suerte, la beba a quien llamaron Mía, nació en perfecto estado y pesó más de 3 kilos.
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