lunes, 18 de noviembre de 2013 |

LOS SERVICIOS BÁSICOS DE LA CASA HAN SUBIDO UN 50% DESDE EL INCIO DE LA CRISIS

El precio de la electricidad para los consumidores domésticos en España se ha incrementado más de un 70% y el del gas un 30% en los últimos siete años, según datos extraídos de la oficina estadística de la Comisión Europea, Eurostat. 



Vivir en casa se ha encarecido. Los suministros básicos, como el agua, la luz o el gas, cuestan más desde el inicio de la crisis. El precio de la electricidad para los consumidores domésticos en España se ha incrementado más de un 70% y el del gas un 30% en los últimos siete años, según datos extraídos de la oficina estadística de la Comisión Europea, Eurostat. Otro suministro básico en el hogar, el agua, también cuesta más. En el caso de Catalunya, el precio medio del servicio de agua doméstica ha subido más de un 40% entre el 2008 y el 2013, según se refleja en los datos del Observatorio del precio del Agua en Catalunya. Los expertos consultados por La Vanguardia.com argumentan que el encarecimiento de los suministros básicos se debe a diversos factores y los costes fijos que repercuten en la factura acaban provocando que el consumidor pagué más por estos servicios. Desde las organizaciones de consumidores reclaman unas tarifas “más racionales” y “consensuadas” por los propios usuarios.

El precio de la electricidad para consumidores domésticos en España se ha encarecido un 74,50% en los últimos siete años, pasando de 0,1004 €/kWh (precio libre de impuestos) en el 2007 a 0,1752 €/kWh en el 2013, según datos de la oficina estadística de la Comisión Europea, Eurostat. El coste de la luz ha subido en los hogares españoles durante estos últimos años a excepción del 2013, que experimentó un descenso en comparación con el 2012.

En cuanto al precio del gas, el coste de esta energía también ha subido significativamente entre el 2007 y el 2013. Para los consumidores domésticos españoles ha pasado de 12,2710 €/gigajoule (libre de impuestos) en 2007 a 16,1600 €/gigajoule en el 2013, lo que supone un incremento del 31,69%, según Eurostat. El precio del gas bajó en los años 2010 y 2011, pero volvió a subir en el 2013.


Precios altos por culpa de la tarifa de acceso
Unesa, la patronal que integra a las grandes eléctricas españolas como Iberdrola, Endesa o Gas Natural, reconoce que España tiene uno de los precios “de consumidor doméstico más altos”. Alberto Bañón, director de regulación de la patronal eléctrica, explica a LaVanguardia.com que en los recibos de la luz se pagan dos cosas: el coste de la energía y la tarifa de acceso, y que la primera parte de la factura no se ha modificado desde el inicio de la crisis porque “producir energía en los últimos 10 años prácticamente ha tenido el mismo precio”. En cambio, detalla Bañón, la tarifa de acceso, que incluye los costes de red, de distribución y transporte y también “las tarifas de Régimen Especial” (generación renovable) sí que han registrado un aumento considerable que sí se repercute en lo que paga el consumidor. Dentro de este apartado, el dirigente de Unesa explica que las primas (subvenciones que se dan a las energías renovables) son “el principal responsable del incremento de los costes” porque ha crecido en los últimos años de 1.000 a 10.000 millones de euros. “Se trata de una partida que ha pasado de prácticamente no existir a ser la más importante”, resume.

También la Comisión Nacional de Energía (CNE), dependiente del Ministerio de Industria, Energía y Turismo, señala como principal causa del incremento del precio de la luz al “elevadísimo aumento” de las subvenciones a los productores de régimen especial de energías renovables que en cuatro años, detallan, han pasado de 2.828 millones de euros (2007) a 8.586 (2012). A ello hay que sumar, detalla el CNE, las subvenciones a la producción de energía extra peninsular e insular (Canarias, Baleares, Ceuta y Melilla) y también el aumento del transporte, distribución y comercialización.

El déficit tarifario es otro de los argumentos para justificar el aumento del coste de la electricidad, aunque, si se cumplen las previsiones el año podría concluir sin déficit tarifario, explica Bañón. Una previsión que también señaló hace unos días el ministro de Industria, José Manuel Soria.

Para Jorge Fabra, miembro de Economistas frente a la crisis y expresidente de Red Eléctrica y antiguo vocal consejero de la Comisión Nacional de Energía, el aumento del coste del gas, pero especialmente de la electricidad se explica por varias razones. Una de ellas es que ambas energías tienen unos costes fijos y, en el contexto de descenso del consumo en el que nos encontramos, esos gastos se deben distribuir entre menos unidades vendidas “y eso hace que el coste unitario aumente”.


El expresidente de Red Eléctrica también señala que el coste de las energías renovables tiene parte de responsabilidad en el encarecimiento de la electricidad. Para Fabra, en 2006 se “arrancó” con las tecnologías renovables pero la “ineficiente regulación” no ha abierto el hueco para que el sistema y los consumidores pudieran “encajar” su impacto sin que hubiera un aumento de los costes. Y como ese arranque, sigue Fabra, se ha hecho sin distribuir la retribución a centrales que ya han cubierto su ciclo económico (nucleares e hidroeléctricas). Esto hace que los consumidores paguen “caras” las renovables y también sigan pagando los enormes beneficios sobre las nucleares e hidroeléctricas. En este sentido, según el ex miembro de la Comisión Nacional de Energía, el sistema de fijación de precios del mercado español produce una sobredistribución “escandalosa” a las nucleares e hidroeléctricas.

Para el investigador del CSIC Pedro Gómez Romero, sin embargo, que las energías renovables son las causantes del déficit de la tarifa “es una verdad a medias” porque éste se ha debido a “múltiples causas” como los “costes no internalizados”. En este sentido, Gómez Romero cree que el sistema debería contemplar que las “energías sucias” paguen más e ilustra lo que para él es un sinsentido con el ejemplo de que si en España alguien se compra una moto de gran cilindrada deba pagar más por contaminar pero que eso no se aplique en el caso de las centrales nucleares.

En el caso del gas, explica Fabra, la caída de la demanda energética provoca una “baja utilización de ciclos combinados de gas” y, por tanto, un “exceso de gas importado que en muchos casos” está contratado con cláusulas en las que “se compre o no se compre, hay que pagar por lo menos una parte del contrato”. Y este sería otro de los motivos del encarecimiento de la factura.

Diferencias con otros países

En el contexto europeo, países como Grecia también han experimentado incrementos destacados del coste de la luz, hasta un 77% entre el 2007 y el 2013, aunque en estados como Alemania (4,18%) o Francia (9,3%) la subida no ha sido tan elevada durante este tiempo, según datos de Eurostat y con precios libres de impuestos. En cambio, en Portugal (-14,7%) o en Italia (-9,6%) el precio de la luz se ha reducido entre el 2007 y el 2013. Otro dato que se extrae de las estadísticas de Eurostat es que la electricidad en España es de las más caras de Europa al situarse en el tercer lugar, solo superada por Irlanda y Chipre. El aumento medio en la zona euro ha sido del 13,55% estos siete últimos años, pasando de 0,1203 €/kWh en el 2007 a 0,1366 €/kWh en el 2013, este último dato todavía provisional.

El hecho de que países con un similar contexto social al español como Portugal paguen, sin embargo, un precio más bajo por luz, se debe a que, según Fabra, la electricidad “tiene características nacionales” porque se usan recursos autóctonos y las estructuras de producción de energía eléctrica son muy diferentes entre países. Además, apunta el experto, Portugal dispone de una regulación completamente distinta a la española.


El agua también sube
En lo que se refiere al agua, su coste también ha subido. El precio medio del servicio del agua doméstica, con el canon y sin el IVA, se ha encarecido en Catalunya un 45,64%, pasando de 1,229 €/m3 en el 2008 a 1,790 €/m3 en el 2013 en el tramo de 12 €/m3, el más mayoritario de la población, según datos del Observatorio del precio del agua en Catalunya. Concretamente, el canon del agua ha aumentado durante este periodo entre un 30% y 35%, “un incremento que se tendría que aplicar sobre el tercio total de la factura”, tal como informan fuentes de la Agència Catalana del Aigua (ACA). “Los incrementos llevados a cabo en los años 2011 y 2012, el 2013 no se ha actualizado el canon debido a la prórroga de los presupuestos de la Generalitat, han servido para adecuar los ingresos a los costes de explotación reales, un hecho que lo determina la Directiva marco del agua europea”, señalan fuentes del ACA.

El canon se incluye en la factura doméstica pero los ayuntamientos son los competentes en fijar la tarifa final del recibo. El Área Metropolitana de Barcelona (AMB) recientemente ha aprobado un aumento del 8,5% en el recibo del agua en 23 municipios. Fuentes del AMB señalan que este incremento se trata de una revisión ordinaria de las tarifas de suministro de agua y está motivado por diferentes motivos: el propio aumento del precio del agua, un nuevo aumento del canon del ACA, el aumento del IPC, un nuevo canon a partir de la creación de la nueva empresa público-privada Aigües de Barcelona Empresa Metropolitana de Gestió del Cicle Integral de l’Aigua, y el incremento de los gastos en energía eléctrica y combustible.

La ACA también recuerda que en el 2011 se creó una tarifa social del agua, “destinada a no repercutir los aumentos del canon” a las personas más desfavorecidas. Esta tarifa se aplicó durante el 2012 y el 2013, y se mantendrá el año que viene. En este sentido, AMB creará una base de datos de familias en situación de riesgo social para evitar cortes de suministro a los usuarios que no puedan pagar el recibo del agua. “Actualmente ya existen bonificaciones para familias en situación de vulnerabilidad, lo que supone aproximadamente unos 20.000 usuarios”. A partir del año que viene, “estos grupos tendrán una rebaja del 14% en el recibo del agua”.Campañas de las asociaciones de consumidores
Desde las asociaciones de consumidores se pide que se tenga en cuenta más a los usuarios. “Es fundamental que existan criterios racionales para el establecimiento de tarifas y, por otro lado, se consensuara o al menos se dialogara con los usuarios o las organizaciones de consumidores”, explica Rubén Sánchez, portavoz de FACUA- Consumidores en Acción. Las organizaciones de consumidores también solicitan que el Gobierno desarrolle campañas para que “el consumidor conozca las características de las facturas” y sepa “realmente cómo funcionan porque el usuario puede estar pagando una potencia contratada más elevada de la necesaria”, puntualiza Sánchez.

Para animar a los usuarios a reducir la potencia contratada en su tarifa de la electricidad una veintena de organizaciones han desarrollado la campaña ‘Bájate la potencia’(www.bajatelapotencia.org). Los impulsores de la iniciativa aseguran que el ahorro de una familia, en la tarifa de último recurso (TUR), “por bajarse un tramo la potencia sería de 52,14 €/año, por dos tramos 104,29 €/año y por tres 156,43 €/año” teniendo en cuenta que “el consumo de un hogar promedio al año en España es de 3.487 kWh, según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía”.


Perspectivas de cambio
Con todos estos datos ¿Seguirán subiendo los precios de luz y gas? Los expertos consultados muestran unanimidad en decir que en el caso del gas es algo difícil de predecir porque se trata de una energía muy sujeta a los precios internacionales. Pero en el tema de la luz no hay tanto consenso. Alberto Bañón apunta a una “contención” de las primas al Régimen Especial que podría provocar una reducción de costes que, unido a otros ingresos, no haría necesario un nuevo incremento de tarifas. Jorge Fabra no es tan optimista. Considera que se invirtió en las renovables cuando eran caras y se dejó de hacer cuando era “más competitivas que las alternativas” y, por todo ello, cree que la previsión es que el precio de la luz siga subiendo.

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