lunes, 20 de enero de 2014 |

Hacienda se embolsa ya el 41,4% del salario real de un empleado medio

La nueva subida de las cotizaciones sociales a autónomos y empresas que aprobó el Gobierno el pasado diciembre ha reabierto el debate sobre la elevada fiscalidad que soporta el factor trabajo en España, pese a presentar una de las tasas de paro más elevadas del mundo.


No en vano, aunque el actual nivel de cotizaciones ya es de los más altos de los países ricos (equivalente a más del 30% del sueldo bruto), este nuevo aumento supondrá una carga extra de un punto porcentual, como mínimo, encareciendo con ello los costes laborales.

Lo más grave, sin embargo, es que el aumento de las cotizaciones se suma a las fuertes subidas del IRPF aprobadas en los últimos años, lo que arroja como resultado una de las mayores alzas tributarias sobre el trabajo de toda la OCDE (la organización que engloba a los 34 países más ricos del mundo).


En concreto, la fiscalidad que soporta un salario medio en España ascendió al 41,4% en 2012, incluyendo IRPF y las cotizaciones sociales que pagan empleados y empresas, según los últimos datos disponibles de la OCDE. Esta cifra es casi seis puntos superior a la media de los países ricos (35,6%) y sitúa a España en el 12º puesto en lo que hace referencia a la tributación laboral.

Pero el dato más relevante es que, desde 2007, ha subido un total de 2,4 puntos, tan sólo superado por México (3,1 puntos extra), Irlanda (3,7) e Islandia (4 puntos), mientras que la media de la OCDE ha descendido 0,5 puntos porcentuales, desde el 36,1% al 35,6%. Es decir, España se sitúa entre los países que más han subido los impuestos al trabajo trabajo durante la crisis.

Con la subida de cotizaciones recién aprobada, España escalaría puestos en el ranking de mayor fiscalidad sobre el trabajo, hasta rondar el 42,4%, alcanzando casi a Finlandia, siempre y cuando se tomen como referencia los datos de 2012.

Dichas cifras revelan que el Estado se embolsa, vía IRPF y cotizaciones, más del 40% de lo que en realidad gana un trabajadormedio en España. Dicho de otro modo, un empleado que cobre algo más de 20.000 euros netos al mes (unos 1.500 euros al mes en 14 pagas) cuesta a su empresa casi 35.000 euros. Esos 15.000 euros al año de diferencia se van directamente al pago de cotizaciones e IRPF (más de 1.000 euros al mes en 14 pagas)

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